domingo, 19 de julio de 2009

La herencia de Eszter. Sandor Marai

Sandor Marai construye esta novela de manera semejante a La amante de Bolzano , y recupera el mismo tema. Ambas novelas consisten en un encuentro inminente que provoca que el pasado desfile en forma de recuerdos y reflexiones por la mente de sus personajes. Porque el pasado determina el presente y de lo que surja en este encuentro dependerá el futuro.

En ambas novelas hay un personaje parecido. Lajos, por un lado: un aventurero seductor lleno de encanto pero que siemrpe defrauda; y Giacomo Casanova por el otro, que huye de uno de esos episodios suyos que rozan siempre el ridículo. Ambos están, efectivamente, suspendidos entre el ridículo y ls grandeza. Hay una admiración, sin duda, de Sandor Marai, por aquellos que no temen al ridículo o a la pérdida. Y un interés por la seducción. Esa cualidad que hace que algunas personas, aunque no tengan nada, despierten en los demás la ilusión de que conocerlos es un privilegio impagable.

De Lajos dice su hija que no miente sino que es poeta. Que sale cada día como un cazador a la aventura porque ama el peligro, y que todo lo que dilapida y pierde -suyo y de otros- no es más que la muestra de su desapego por los objetos. De él, que ha utilizado repetidamente, gracias a su encanto, a personas y posesiones, que ha criado a sus hijos a salto de mata, que ha engañado una y otra vez, y otra, y otra más. La misma persona, desde dos perspectivas diferentes. Al igual que Giacomo está en la cincuentena y se enfrenta a un futuro despovisto de belleza. Al igual que él tiene que recobrarse como individuo con cierto sentido.

"Yo siempre he sido un hombre débil. Me hubiera gustado hacer algo en este mundo, y creo que disponía de algún talento para ello. Sin embargo, la intención y el talento no son suficientes. Ahora ya sé que no son suficientes. Para la creación, hace falta algo más... una fuerza especial, una disciplina; o las dos cosas juntas.Creo que es a esto a lo que se suele llamar carácter. Esta capacidad, este rasgo es lo que me falta a mí. Es como la sordera. Como la sordera de alguien que conoce las notas musicales que está tocando, pero que no oye los sonidos. Cuando te conocí no sabía esto con la precisión con la que te lo estoy contando ahora... no sabía tampoco que tú eres para mí mi carácter. ¿Lo entiendes?"

La protagonista y narradora, Eszter, sentimental -según ella- e inteligente, se encuentra convertida, de repente, tras veinte años, no en la víctima, sino en la autora de su presente. Del de ambos. Y nuevamente se le ofrece la ocasión de tomar una decisión significativa. Su respuesta será el resumen de su vida.
Novelas teatrales, novelas nudo en que vemos cómo los personajes, forzados por las circunstancias, van tirando de los hilos. Magistral uso del diálogo, con entradas largas pero densas y pertinentes, y un ambiente tan sosegado que parece mantenerse siemrpe bajo ese cielo blanco de un septiembre centroeuropeo. No dejen de leerla.

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