martes, 3 de julio de 2012



¿Sabes qué me ocurre cuanto leo tus poemas? A primera vista (al primer relámpago sería y sonaría mejor; si fuese alemana corregiría la expresión: ¡el relámpago es más rápido que la vista! Y una mirada relámpago es más rápida incluso que un relámpago. Dos rapideces en una. ¿No?). O sea, a primera vista (ya que soy una extraña) lo entiendo todo ― después ― noche: nada ― después: ¡Dios, qué claridad! ― y cuando quiero asirlo (no en sentido alegórico, casi con las manos) ― todo se borra: solo quedan las líneas impresas. Relámpago tras relámpago (relámpago ― noche ― relámpago), es lo que me ocurre cuando te leo. Lo mismo debe ocurrirte a ti cuando te escribes.

(Tsvietáieva a Rilke, 12 de mayo de 1926)

Cartas del verano de 1926, Pasternak, Rilke, Tsvietáieva, Minúscula, 2012