
Yo creo que estoy leyendo mal, que no estoy comprendiendo, decía yo, pero no era así. Porque la historia se separa y se une cuando no te das cuenta, en un punto muerto que es imposible reconocer, miras a otro lado, te fijas en la hermana, ésa que se sabe engañada y se engaña todavía más, o en la niña que de pronto habla con el abuelo difunto, o en el atleta y carpintero que trabaja con su tío y descubre los secretos que su padre dejó sepultados bajo años y años de cenizas de pianos, entonces, cuando te sumerges en cada una de las pequeñas historias que conforman la vida de esta familia, cuando te fijas en algún pequeño detalle, toda la novela cambia, da un giro, y el que pensabas que era el padre, es el hijo, o al revés, no se sabe, no se sabe quién cuenta, si se cuentan dos historias diferentes o una sola, si están juntas, si es la misma realidad, si es de diferente tiempo. No se sabe nada. Y, sin embargo, eso no te impide disfrutarlo, saborearlo, recrearte en esa vida como puede ser la tuya o la mía o la suya, una vida cualquiera, anónima, sin más importancia que la de arreglar pianos y sobrevivir, la de arreglar pianos y morir, correr hacia una meta o esperar que la meta corra hacia nosotros, descontar kilómetros. Francisco Lázaro es el nombre del protagonista: un corredor y carpintero, hombre y abismo. Francisco no se sabe quién es y al mismo tiempo está totalmente localizado: podría hoy todavía hablar de él, de su vida, de sus hermanas, de sus padres, de su hermano. Pero también es el hijo. Así tal como lo cuento. José Luís Peixoto mezcla y confunde al lector de una manera deliciosa: desesperándolo y al mismo tiempo apaciguándolo con los entresijos de una familia cualquiera, la familia de Francisco Lázaro. Corredor y carpintero, vivo y muerto, hombre y abismo. Padre o hijo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Si hay algún libro que quieres que reseñemos y no está en nuestro archivo, dínoslo. A lo mejor alguna de las colaboradoras se lo ha leído y puede escribir sus impresiones, o, si no, quizá directamente lo añada a su lista de pendientes y lo acabe leyendo. Escríbenos tu propuesta. Y no dejes de decirnos todo lo que se te pase por la cabeza.