
Sus relatos destilan humor, acidez con carga de mala leche que finalmente nos rechinan al enfrentarnos y reconocer las poses y sinsentidos en las que nos movemos, al aceptarlas sin más como válidas. Basta una mirada distinta, un sesgo entresacado de la realidad para descubrir el malestar y Cebrián lo logra con la sencillez de sus historias, con un lenguaje adaptado perfectamente a lo que desea contar y que en todo momento leemos como reconocible. Y no es difícil sonreir al final de cada cuento siendo conscientes de que se trata de un espejo en el que no saldríamos del todo bien parados si persistiéramos en la mirada.
Pero Cebrián cuida a sus personajes y la crueldad no deja de ser amable, ese tono tierno del que sabe ver a los demás, imposible sería no verse también a uno mismo, con toda la carga de fragilidad y supervivencia que conllevan las relaciones entre nosotros y el mundo que nos tocó vivir.
Para mí, uno de los mejores libros de cuentos que he leído hasta el momento, al menos el más regular si unimos todos los relatos, de las últimas hornadas de cuentistas en nuestro país.
Lo compraré.
ResponderEliminarSi.
Besos.
¡Lo leí! Y me gustó. Me pareció original y divertido. Pasé un buen rato, es un libro agradable, muy leíble... en fin, recomendable.
ResponderEliminarUn besazo, Margot.
Toro, creo que te gustará...
ResponderEliminarFusa, sí, coincido contigo, leible y original. Una buena cuentista ésta Cebrián...
Besos para los dos!
jajajaa,como dice la casilla que hay debajo de los comentarios...despierta mi interés.No sé si el libro o tu comentario, o los dos ;)
ResponderEliminarTu me gustas, tu modo de escribir me gusta por lo que deduzco que lo que te gusta me gustará.Besos lagartijeros***
Caramba, tú y Fusa siempre me hacéis sentir culpable porque no leo casi literatura española, mucho menos actual. Tendría que poner remedio a eso, pero arriesgarme me cuesta tanto... Si veo este libro lo leeré. He dicho.
ResponderEliminarAsí que por aquí andamos... A favoritos.
ResponderEliminarSaludos.