Bruguera narrativa 2007
Dezsö Kosztolányi (Hungría 1885 – 1936) es uno de los mayores escritores húngaros, uno de esos autores centroeuropeos que se han vendido redescubriendo los últimos años para nuestro gozo y edificación. Otro húngaro para amar. Tuvo éxito en vida, como muestra el prólogo de Thomas Mann a una de sus primeras novelas, Nerón, el poeta sangriento, por ejemploo, y fue traductor y escritor de amplio registro, con libros de poesía, novelas y ensayo.
En el título, Kornel Esti. Un héroe de su tiempo, se apuntan ya el retrato de una época y un mundo así como el tono paródico –sin acidez; más bien ternura y una honda comprensión de los asuntos humanos-- que podemos esperar.
El narrador y su entrañable amigo Kornel se encuentran de adultos después de muchos años de distanciamiento. Ambos se sienten incompletos, “¿De qué sirve el poeta sin el hombre? ¿De qué sirve el hombre sin el poeta?”, y acuerdan unirse en una obra conjunta, el presente libro, narración de las aventuras de kornel Esti, que no ha triunfado y sigue siendo un bohemio de corazón. El narrador, por el contrario, se ha acomodado y se siente alienado. Personalmente considero que este acuerdo no es sino un desdoblamiento –liberador- del narrador. El gran tema de “el doble”; pero si esto es así o no es secundario para la apreciación de la obra. Allá cada lector.
El tono es lírico, tierno y humorístico. La otra obra que he leído de Kozstolányi, La cometa dorada, es una tragedia -maravillosa- y me ha sorprendido muy gratamente descubrir esta otra faceta suya. La misma penetración en el alma de los hombres, la misma ternura, pero qué gracia. Se lee sonriendo, o incluso riendo a carcajadas.
Hay muchos episodios memorables, unos por cómicos, otros por tiernos, otros por su exceso expresionista construido por amontonamiento, pero personalmente me quedo con el retrato de la sociedad bohemia e intelectual de los modernos. El propio título del capítulo –y todos son del estilo paródico de éste- es encantador en sí: “Donde se nos proporciona la descripción animada e instructiva de un solo día de entre semana, el 10 de septiembre de 1909, y se evoca la época en que Francisco José I ocupaba aún el trono, y las cafeterías de Budapest sólo albergaban poetas modernos adscritos a distintas escuelas y tendencias. “ Los modernos, siempre modernos. Parece que los pudiéramos ver hoy en día, a esos Max Estrellas, a esos pombianos, fauna siempre nueva y siempre vieja. Y no es el único capítulo en que se parodia a los "poetas".
Una muestra de su mirada:
“Debo admitir que el pueblo alemán es enigmático, más que cualquier otro. Piensan constantemente. Me encontré con unos cuantos adolescentes que “por principio” sólo comían alimentos crudos, que “por principio” realizaban cada mañana ejercicios respiratorios, que “por principio” se acostaban en lechos duros, sin manta, incluso durante el frío invierno.”
Trabaja poco con las expectativas, a la manera del relato sorprendente, de desvelamiento controlado, actual. Es más bien una serie de retratos, de anécdotas, una especie de costumbrismo expresionista, que va dejando en el lector un gusto amable y divertido.
Dezsö Kosztolányi (Hungría 1885 – 1936) es uno de los mayores escritores húngaros, uno de esos autores centroeuropeos que se han vendido redescubriendo los últimos años para nuestro gozo y edificación. Otro húngaro para amar. Tuvo éxito en vida, como muestra el prólogo de Thomas Mann a una de sus primeras novelas, Nerón, el poeta sangriento, por ejemploo, y fue traductor y escritor de amplio registro, con libros de poesía, novelas y ensayo.
En el título, Kornel Esti. Un héroe de su tiempo, se apuntan ya el retrato de una época y un mundo así como el tono paródico –sin acidez; más bien ternura y una honda comprensión de los asuntos humanos-- que podemos esperar.
El narrador y su entrañable amigo Kornel se encuentran de adultos después de muchos años de distanciamiento. Ambos se sienten incompletos, “¿De qué sirve el poeta sin el hombre? ¿De qué sirve el hombre sin el poeta?”, y acuerdan unirse en una obra conjunta, el presente libro, narración de las aventuras de kornel Esti, que no ha triunfado y sigue siendo un bohemio de corazón. El narrador, por el contrario, se ha acomodado y se siente alienado. Personalmente considero que este acuerdo no es sino un desdoblamiento –liberador- del narrador. El gran tema de “el doble”; pero si esto es así o no es secundario para la apreciación de la obra. Allá cada lector.
El tono es lírico, tierno y humorístico. La otra obra que he leído de Kozstolányi, La cometa dorada, es una tragedia -maravillosa- y me ha sorprendido muy gratamente descubrir esta otra faceta suya. La misma penetración en el alma de los hombres, la misma ternura, pero qué gracia. Se lee sonriendo, o incluso riendo a carcajadas.
Hay muchos episodios memorables, unos por cómicos, otros por tiernos, otros por su exceso expresionista construido por amontonamiento, pero personalmente me quedo con el retrato de la sociedad bohemia e intelectual de los modernos. El propio título del capítulo –y todos son del estilo paródico de éste- es encantador en sí: “Donde se nos proporciona la descripción animada e instructiva de un solo día de entre semana, el 10 de septiembre de 1909, y se evoca la época en que Francisco José I ocupaba aún el trono, y las cafeterías de Budapest sólo albergaban poetas modernos adscritos a distintas escuelas y tendencias. “ Los modernos, siempre modernos. Parece que los pudiéramos ver hoy en día, a esos Max Estrellas, a esos pombianos, fauna siempre nueva y siempre vieja. Y no es el único capítulo en que se parodia a los "poetas".
Una muestra de su mirada:
“Debo admitir que el pueblo alemán es enigmático, más que cualquier otro. Piensan constantemente. Me encontré con unos cuantos adolescentes que “por principio” sólo comían alimentos crudos, que “por principio” realizaban cada mañana ejercicios respiratorios, que “por principio” se acostaban en lechos duros, sin manta, incluso durante el frío invierno.”
Trabaja poco con las expectativas, a la manera del relato sorprendente, de desvelamiento controlado, actual. Es más bien una serie de retratos, de anécdotas, una especie de costumbrismo expresionista, que va dejando en el lector un gusto amable y divertido.
Que lástima que viviera solamente -49 años.
ResponderEliminarPodría haber escrito más si hubiera tenido una vida normal
:P
Besos.
No me haces caso...
ResponderEliminarQue en el post está mal el año de nacimiento.
Claro, como piensas que estoy loco, que lo estoy, no me lees con atención.
Besso.
Juas. Pues te juro que lo miré, y te iba a decir que tampoco me parecía tan joven.. :) Gracias. Que no, que no estás loco.
ResponderEliminar