Editorial Impedimenta, 2010
En Hanging Rock ocurren cosas. Esa mole de roca que el sol del ocaso y el sol del amanecer tiñen de rojo y púrpura podría ser recogida en uno de esos libros de título Lugares misteriosos, sobre todo después de Picnic en Hanging Rock. Allí los relojes se detienen y los pequeños sucesos de la naturaleza muestran sentido, una especie de voluntad consciente que normalmente nos pasa desapercibida. Lo misterioso, lo fantástico, en la naturaleza. Lo amenazante a plena luz del sol. Arañas negras, ualabíes, flores, helechos. Este misterio que podemos percibir en la naturaleza en momentos de iluminación, y que nos puede aterrorizar, es perfectamente expresado por Joan Lindsay a lo largo de una novela de engañosa sencillez. La influencia maligna de Hanging Rock es omnipresente.
El argumento comienza con una excursión de adolescentes del colegio Appleyard para señoritas: el picnic del día de San Valentín, lleno de emoción, sombrillas, muselinas y botas de cabritilla. Tres de las alumnas mayores, ligeras y bellas sin igual, pura inocencia, y una profesora, desaparecen. ¿Cómo? ¿Qué les ocurre?
Tras su desaparición una sombra de malignidad se cierne sobre el colegio. La directora intenta con desesperación evitar su avance pero, a pesar de haberse curtido en mil luchas, nunca se ha encontrado frente a un enemigo invisible.
Hay una serie maravillosa de personajes, de los cuales uno resulta inolvidable, a pesar de que apenas si aparece a lo largo de la novela más que como recuerdo, obsesión, homenaje constante: Miranda. Una joven de alma y cuerpo angélicos, por todos amada. La trama es falsamente policiaca: hay detectives, hay investigación, pero los descubrimientos —no avanzaré nada sobre ellos— se deben al azar o a la intuición, o a una voluntad que parece tomar posesión de los personajes. También el personal del colegio tiene gran protagonismo, sobre todo su directora, la imponente, dura, y amante del cognac, Señora Appleyard.
En fin, la ambigüedad del libro, la constante sugerencia de que puede estar basado en hechos reales, cuidada por su autora, ha ido creciendo con el tiempo. Sobre todo tras la bellísima versión cinematográfica de Peter Weir, que relanzó la novela, los fanáticos —los más que admiradores, los mitómanos—, comenzaron el culto de Picnic en Hanging Rock y, por extensión, del Hanging Rock real, en el sur de Australia. Peregrinajes a la roca, explicaciones más o menos plausibles sobre lo ocurrido, interpretaciones esotéricas. El caso sigue abierto, extremadamente sugerente, bello. El cisne que el joven de la nobleza inglesa, Mike, ve repetidamente como una alucinación, Miranda, la etérea Miranda, sigue observándonos desde su cielo misterioso.
Se puede relacionar esta novela con otras, escritas en las ex colonias británicas o europeas y que suponen una reinterpretación de géneros o de obras canónicas. Se podría enmarcar en esta corriente postmodernista y postcolonial, aunque quizá a la autora no le gustara tal clasificación. Pero qué duda cabe de que la novela es experimental en cuanto al género y una innovación de ciertos tópicos de la novela gótica o de la novela policiaca. Gótico al sol ardiente del sur de Australia, eso es Picnic en Hangnig Rock, que se convierte, así mismo, en canon, muy alejada por su finura de obras que tan de moda están hoy en día y desde hace años. Obras vampíricas en Louisiana. La misma diferencia que puede haber entre la película de Peter Weir y True Blood, pongamos por caso.
Una maravilla. Léanla. Aquí, información sobre la presentación del libro en ¡La librería de bolsillo!
Hola! Usted tiene un maravilloso blog! Estoy feliz de visita aquí!
ResponderEliminarEl otro día la tuve en la mano y apuntito pero... leñe, qué precio tiene ésta editorial!
ResponderEliminarAunque en su favor diré que publican ediciones cuidadas (este verano me regalaron la Hija de Robert Poste, recomendable y divertida; a ver si saco un ratillo y hablo de ella) y a decir de los entendidos miman las traducciones... algo de agradecer en éstos tiempos que hay cada una que... ufff.
Lo dicho, ya te contaré cuando la lea.
Un gusto verte de nuevo!
A mí también me gusta estar de nuevo. Y me gustará más seguir.
ResponderEliminarSí, son libros relativamente caros. Pero si los comparas con cualquier bestseller de letra enorme y tapa dura de los que no te caben en el bolso son baratos :)
Cuenta, cuenta de la Hija de Robert Poste. Yo también la tengo en mi lista. Podemos dar dos opiniones.
¡Caray! ¡Qué bien suena lo de novela gótica al sol!
ResponderEliminarCreo que lo quiero.
andando nuevamente!
ResponderEliminarno leí este libro, lo tendré en cuenta.
besos*
Me lo anoto para mis lecturas pendientes.
ResponderEliminarMe encanta ver que el blog se reactiva.
Abrazos.
Muy simpático su blog. Saludo ustedes por lo trabajo que hacén.
ResponderEliminarbesos.
Lo agendo en mi lista de libros futuros dónde estan lso que he de leer.
ResponderEliminarGracias por realizar esta labor cultural y dar reseñas de los mismos.
Agradecida por tus decires…
Vengo de alejado sitio
A dejar mi huella
Con tintes de nostalgia..
Esas tan porteñas,
Y al son de un bandoneón
Doy gracias por lo brindado
Y en el dos por cuatro te dejo mi ser.
Te invito a pasar por mis blogs y retirar los premios , regalos y la gala que he dejado en
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Un cariño y mi paz te dejo.
Marycarmen