viernes, 8 de enero de 2010

24 horas en la vida de una mujer. Stefan Zweig

Los escritores centroeuropeos –Sándor Marai, Joseph Roth, Stefan Zweig y muchos otros nombres imprescindibles- analizan, con precisión quirúrgica y variadas dosis de nostalgia, la desintegración de la burguesía y su formas hipercodificadas tras el final del imperio Austrohúngaro. Su fin como clase dominante trae consigo ese sentimiento de pérdida que provoca la ausencia de un patrón rígido de comportamiento y valores: la angustia de la libertad. Provoca una gran inseguridad y tengo la sensación de que en la literatura centroeuropea de entreguerras resuena un algo premonitorio, un temor soterrado y brillante que dota a estos autores de una calidad oscura y luminosa a la vez. A mí me fascina. Lo de premonitorio se refiere, claro, a la II Guerra Mundial, que puso el fin definitivo y brutal al agonizante mundo en que ellos crecieron.
Creo que la introducción es necesaria porque, sin ella, una obra de la perfección de 24 horas en la vida de una mujer, podría no ser adecuadamente apreciada. Estamos acostumbrados a cambiar nuestra perspectiva moral hasta cierto punto; sabemos que una madre soltera no es lo mismo en una obra de época que en una actual, por ejemplo. Tampoco un beso es lo mismo. Esta novela corta en la que no sobra una coma trata de la pasión, que puede convertir a una persona que haya vivido toda la vida con intachable templanza y contención en un ser desconocido para ella misma, en alguien sorprendente. No puedo contar más, realmente. No spoilers.

Hay dos niveles narrativos en la obra, y el primero sirve para enmarcar precisamente el contexto moral en el que el lector tiene que situarse para juzgar o no juzgar. Para apreciar como se debe la historia narrada.
Técnicamente la novela es impresionante. La larga descripción de las manos de los jugadores del casino es puro expresionismo. Cientos de manos desprendidas de sus cuerpos, actuando y expresando toda variedad de emoción y temperamento, hasta el culmen de excitación de esas dos manos en las que finalmente se detiene la hipnotizada mirada de la narradora. Soberbio. El resto de la novela es más contenido y avanza como una flecha, directo a su objetivo, sin digresión alguna. Una novela que se lee en un rato y permanece en la memoria. Una novela que hay que leer.

3 comentarios:

  1. He leído otros libros de Zweig y en general me encantan los escritores centroeuropeos de esa época, la contención en sus escritos y la convulsión de su tiempo que no es difícil de imaginar... asi que deberé probar con ésta.

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  2. Hola, estoy paseando por vuestro blog y me ha encantado.
    Este libro es impresionante, todo lo que he leído de este escritor es muy bueno.
    Tengo un blog sobre los libros que leo, os invito a pasearlo. Yo pondré un enlace de vuestro blog en el mío.
    www.loslibrosdeteresa.wordpress.com
    Un aludo
    Teresa

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  3. Me ha encantado vuestro blog
    de Zweig leí una novela de ajedrez y me encanto,con los posts de estas novelas me estais motivando a descubrir mas en profudidad la obra de este inquietante autor.
    os seguire de cerca...

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