Abandonada antes o después de haber sido habitada, no se puede decir que Armilla está desierta. A cualquier hora, alzando los ojos entre las cañerías, no es raro entrever una o muchas mujeres jóvenes, espigadas, de no mucha estatura, que retozan en las bañeras, se arquean bajo las duchas suspendidas sobre el vacío, hacen abluciones, o se secan, se perfuman, o se peinan los largos cabellos delante del espejo. En el sol brillan los hilos de agua que se proyectan en abanico desde las duchas, los chorros de los grifos, los surtidores, las salpicaduras, la espuma de las esponjas.
La explicación a que he llegado es ésta: de los cursos de agua canalizados en las tuberías de Armilla han quedado dueñas ninfas y náyades. Habituadas a remontar las venas subterráneas, les ha sido fácil avanzar en su nuevo reino acuático, manar de fuentes multiplicadas, encontrar nuevos espejos, nuevos juegos, nuevos modos de gozar el agua. Puede ser que su invasión haya expulsado a los hombres, o puede ser que Armilla haya sido construida por los hombres como un presente votivo para congraciarse con las ninfas ofendidas por la manumisión de las aguas. En todo caso, ahora parecen contentas esas mujercitas: por la mañana se las oye cantar.»
Armilla, en Ítalo Calvino, Las Ciudades Invisibles, 1983
Mientras leía imaginaba toda la escena,
ResponderEliminarNo he leído este libro así que, es una gran recomendación.
Querida amiga Rayuela, gracias por tenerme en cuenta al darme a conocer este espacio.
Un beso o 2 ! *
Cómo me gustó este libro!! aún lo releo en páginas al azar con ese placer del reencuentro...
ResponderEliminarUna chulada el párrafo que has elegido...
es un libro delicioso, gracias chicas por sus opiniones!
ResponderEliminarMi libro preferido, de haberlo, tal vez por ser más que un libro en mi caso, que tal vez de donde vino obrara el milagro, qué sé yo... Preferido en definitiva. Gracias por recordarlo.
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