lunes, 19 de abril de 2010

La trilogía de Deptford (3 vol.). Robertson Davies. Ed. Asteroide.

En los últimos tiempos, y gracias a la labor editorial de Asteroide, he llegado a conocer a diversos autores, cuyas obras nunca se habían editado antes en nuestro país o habían pasado inadvertidas. No puedo por menos que aplaudir su labor y reconocer los buenos ratos que me están haciendo pasar. Davies es uno de esos autores desconocido para mí, un autor canadiense y del que, para haceros una idea, es posible que lo disfrutéis si previamente lo hicisteis con Dickens, con John Irving o con Iris Murdoch (con pinzas: los elementos comparativos siempre ayudan a las aproximaciones aún cuando no siempre sean exactos). Su forma de hilar diversas historias entrelazadas cautivándonos con ellas, de presentar personajes estrambóticos y aderezarlo todo con un humor muy británico, fruto de su educación juvenil en Oxford, podría recordar a cualquiera de estos autores, incluso una deliciosa amalgama de ellos. Y mucho más, por supuesto, aportado por la capacidad narrativa de Davies, que no es poca, su erudición que a veces conseguía dejarme apabullada, y la agilidad y elegancia al narrar.
La trilogía (adictiva, no se me ocurre otro término más acertado) de la que hablo, narra la vida y muerte de Boyd Stauton desde tres puntos de vista.
Los libros podrían leerse por separado sin ningún problema pero perderían así su carácter de trama entretejida, donde ningún hilo parece innecesario y no existe puntada que no sea brillante al ser relacionadas. Esta trama, aparentemente caótica, desenfadada, formada por personajes entrañablemente chiflados y asombrosos, podría llevar a engaño y hacernos olvidar la hondura y solidez de muchas de las reflexiones de sus personajes, donde contemplamos un crisol de comportamientos humanos, tan de carne y hueso en sus dudas y sentimientos que olvidaremos lo rocambolesco de sus personalidades para compartir su humanidad.
Y defiendo la lectura de sus obras a pesar de que las dudas y pensamientos filosóficos de algunos personajes, sobre el concepto de destino, la moral que marca la diferencia entre el libre albedrío y la predestinación -consecuencia según he leído de su educación baptista- estén en las antípodas de mis planteamientos existenciales. Aún así, no he podido dejar de disfrutar con sus idas y venidas, entre conceptos de salvación y su búsqueda, con la inocencia que caracteriza a los personajes de Davies. Tal vez sea eso, la inocencia y en ningún momento la imposición. Una perfecta credulidad en todo, mantenida en guardia por un vizaz escepticismo ante todo que ponía el autor en boca de uno de sus personajes y máxima a la que no podría por menos que aspirar yo misma.
En fin, no se me ocurre mejor recomendación de lo último leído por mí, disfrutad, disfrutad de su lectura como adolescentes recién llegados a la lectura compulsiva, gustosamente enganchados.
*Trilogía de Deptford: El Quinto en Discordia, Mantícora y El mundo de los prodigios.

4 comentarios:

  1. Al final me siento mal viniendo aquí porque me doy cuenta de todo lo que me estoy perdiendo.

    Cuando tenga más tiempo me compensaré.

    Besos.

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  2. Ni idea de este autor pero seguro que es interesante.
    Saludos.

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  3. Que lindo, no lo lei todavia, pero me gusta esto que contas, lo de la busqueda de la inocencia, siempre me parecio algo importante tambien a mi, mas que nada tiene que ver con una reaccion propia ante una sociedad que ha perdido casi todos los valores de la mano de la modernidad.
    Me gusta el blog, y las recomendaciones.
    Shalom Rayuela :)

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  4. A eso aspiro yo también,"Una perfecta credulidad en todo, mantenida en guardia por un vizaz escepticismo ante todo"¡ser como la cuerda de un violín entre las dos opciones,hacer música con la vida!si esos libros son así no hay que dejarlos pasar.
    Impresiona lo lúcida que eres,lagartija,y aunque ya has de estar harta de leer esto, lo bien que escribes.Mil besos***

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